Este es otro extracto de Peace Between the Sheets, de Marnia Robinson, donde ella da su opinión sobre el orgasmo femenino.
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Qué si todo hubiera estado equivocado
Trágicamente, muchas mujeres han comprado la idea de que algo malo ocurre con ellas si no logran el orgasmo fácilmente. En vez de tener un problema, podría ser que ellas estuvieran por delante del resto de nosotros. Su energía sexual probablemente se “bota a huelga” hasta que ellas entiendan cómo usarla para profundizar sus relaciones en vez de tirarlas a la basura. Déjenme rápidamente agregar que la frustración sexual no es la solución, salvo en la medida en que el deseo nos ayude a “jalar” hacia la unión. El objetivo es reaprender a usar conjuntamente nuestra energía sexual de manera de eliminar la frustración sexual, sin orgasmo.
Barry Long, maestro de Tantra australiano, insiste que la vagina no se esfuerza naturalmente por lograr el orgasmo. Este hábito le tiene que ser enseñado por una sociedad que está obsesionada por alcanzar el clímax. Cuando aprende a enfocarse en el orgasmo llega a ser cada vez más dura, ávida y depredadora. Se concentra en el orgasmo, no en el amor. Esto causa profunda infelicidad interior. De acuerdo a Long, la promiscuidad es sólo una búsqueda desesperada del amor que las mujeres nos están hallando a través de su persecución del orgasmo (Long, 1996). Ciertamente, si más orgasmos fueran la solución, la armonía en las relaciones debería haber mostrado una marcada mejoría en los últimos años.
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Mi última relación fue corta. Ella prácticamente me rogó que hiciéramos el amor –pero inmediatamente ella quiso marcharse… como si ella fuera el hombre o algo. Unas pocas semanas después de que ella lentamente se calentara de nuevo, lo hicimos de nuevo, y ella parecía que había pasado un… buen momento de nuevo. Entonces, sólo unos pocos días después, ella me informó que “el orgasmo era una experiencia insignificante” comparado con su práctica espiritual. De hecho, me dijo que tenía miedo de quedar enganchada en el sexo. Recuerdo pensando hacia mí mismo cuán horrible eso podría ser.
Y eso fue el fin de nuestra relación. Ella anunció que yo estaba menos evolucionado espiritualmente que ella y rompió. Cuando leí el material en tu sitio web [www.reuniting.info], traté de decirle que ella estaba teniendo una resaca de separación por el orgasmo. Pero ella no compraba nada de eso, aunque ella en cierto modo lo vio después de que unos pocos meses habían pasado. Yo creo que el orgasmo hace lo opuesto de lo que las mujeres quieren.
-Ken
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No mucho después que Anya y yo enfrentáramos los hechos, tropecé con una pista en blanco y negro que confirmaba lo que nosotras habíamos aprendido en el duro camino. Un maestro de Tantra en India escribía:
[Si una mujer no se relaja en un estado trascendental durante el sexo] ella tendrá el nervioso orgasmo, el cual es de corta vida y va seguido de descontento y agotamiento. Esta es a menudo la cusa de la histeria y la depresión en la mujer (Sarasvati, 1992)
Sin mencionar nada de su pareja. Así, si la armonía en tu relación es un objetivo, nuestra experiencia sugiere que las mujeres no deberían cometer el mismo error que los hombres de creer que la tensión-liberación del orgasmo es de lo que el sexo se trata. Por lo demás, las mujeres deberían estar montando este familiar escenario:
Se suponía que esta relación sería distinta. Estábamos unidos en espíritu. Pero al cabo de seis meses habíamos caído en el abismo de todo lo que era profano entre un hombre y una mujer. Mi salud física y emocional estaba severamente agotada. La depresión era una constante compañía. Nuestra relación estaba fragmentada y dolida. ¿Cómo podía yo haber experimentado la Divina Unidad y ahora sentir tal separación de mi esposo. ¿Cómo podía yo soportar el dolor de no saber cómo cerrar la enorme brecha entre nosotros? ¿Qué había ocurrido durante mi matrimonio que garantizó el comentario de un nuevo amigo de que yo me veía como la mujer más triste que alguna vez él había visto? Antes de mi matrimonio yo era una educadora profesional, vibrantemente viva. Un año en él y me sentí vaciada de todo, salvo de fuerza de vida para sobrevivir. (Christine, 1995)
Si todavía eres escéptico, toma un calendario y sigue la pista por ti mismo –del orgasmo y de los cambios de humor pronunciados durante las siguientes dos o tres semanas. Si eres abierto de mente, puedes ver la conexión de causa y efecto por ti mismo.
Si vives con una pareja, lo más probable es que tu aflicción se proyecte en él. Pide retroalimentación honesta. Observa la separación emocional entre tú… y quienquiera que parezca causarla. Cuando aprendas a prevenir esta potente fuente de desarmonía, encontrarás que todos los otros temas que tú creías que causaban tu discordia, misteriosamente se vuelven más manejables.
Si las mujeres paran de esforzarse por lograr el orgasmo genital, ¿significa que renuncian a todo el placer y regresan a su rol tradicional como receptoras asexuales de la pasión del hombre? Claro que no. Significa que la satisfacción que los amantes han estado buscando se halla en una experiencia mutua en la cual ambos miembros de la pareja paran de usarse el uno al otro para la gratificación física, y hacen de nutrirse el uno al otro el principal foco. Como verás, estro causa un cambio en la química corporal que realza la receptividad sexual y hace todo contacto sorprendentemente agradable.
A propósito, la primera vez que tuve un orgasmo durante el acto sexual sin esforzarme en absoluto fue cuando hice el amor con un hombre que era virgen. Mi atención no estaba en mí mismo. Estaba enfocada enteramente en hacerlo sentir seguro y amado, así que la experiencia debería ser siempre un cálido recuerdo de amorosa intimidad. Desde ese encuentro en adelante he sido muy orgásmica. E incluso aunque ahora evito el orgasmo a causa de la resaca, todavía encuentro que hacer que mi compañero se sienta confortable y adorado con seguridad me entusiasma.
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La gente siempre piensa que es la descarga seminal la que es indeseable, pero realmente es el fuego del sistema nervioso durante la estimulación sexual. Y eso se aplica a ambos, hombre y mujer.
-Georg Feuerstein, Fundador de
Yoga Research and Education Center
REFERENCIAS:
Christine, N. (1995). Temple of Living Earth. Sedona: Earth Song Publications.
Long, B. (1996). Making Love: Sexual Love the Divine Way. Barry Long Books.
Sarasvati, S. (1992). Kundalini Tantra. Bihar: Bihar School of Yoga.
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